¡Hola!
Me llamo Jean-Pierre Lecoeuche, tengo 24 años, vengo de Francia y estoy de voluntariado con la asociación IMORA en un proyecto de permacultura en La Jarrilla, Plasenzuela durante 4 meses, de octubre a finales de enero. Estoy haciendo mi voluntariado al mismo tiempo que Noémie y Teo, mis compañeros de proyecto a quienes conocí aquí.

Las actividades se dividen en tres categorías principales: cuidar de los animales, trabajar en la finca (incluidos los huertos y el bosque de alimentos) y todas las actividades de construcción y bioconstrucción. De hecho, nunca hay tiempo suficiente para aburrirse, ya que las actividades varían a lo largo del día y del mes.
Las actividades dependen mucho de la estación y del ritmo de la naturaleza. Por ejemplo, noviembre se dedicó en parte a la recogida de aceitunas. También esperamos el momento oportuno para sembrar cereales y leguminosas, en nuestro caso, avena y veza, cubriendo toda la superficie de una parcela para mejorar el suelo con este abono verde. Ahora hace más frío, así que estamos preparando la leña.

Lo que no cambia es la “rutina”. Dos veces al día, damos de comer a los animales. Es un momento del día que me encanta, porque puedo observar a los animales y verlos crecer. Además, aquí los animales son respetados y explotados éticamente.

   

En mi tiempo libre, salgo a pasear, paso tiempo con otros voluntarios y de vez en cuando voy al pueblo. También salimos de vez en cuando a descubrir otros pueblos y ciudades de la zona (Cáceres, Mérida, Montánchez, Trujillo, Salamanca…). También tengo la suerte de tocar el tambor en una batucada creada aquí en el pueblo los martes por la tarde.

Por último, hay que decir que aquí se come muy bien.
Crecido en la ciudad y estando muy comprometido con un cambio de paradigma ecológico y social, quería involucrarme en una actividad que tuviera sentido para mí. Así que llevaba mucho tiempo queriendo hacer un voluntariado de permacultura, y quería hacerlo en España porque ya hablaba un poco de español.
Al final, esta experiencia de voluntariado está superando mis expectativas. Aprendo mucho de Toño y Linda, que regularmente toman el tiempo para explicarme cómo funciona la tierra, el huerto, los animales, etc. Comprendo mejor los principios de permacultura y de los impactos concretos en la finca. Este voluntariado también me deja tiempo para el aprendizaje, la introspección y la reflexión, lo cual es muy importante para mí. Después de dos meses, ya puedo sentir los cambios que se avecinan, por ejemplo, me veo practicando la permacultura  dentro de unos 5-10 años en un terreno propio.
Para este voluntariado, creo que las cualidades más importantes son tener una mentalidad abierta, ser proactivo, pero también flexible. En el mundo rural, siempre surgen imprevistos y hay que estar preparado para cambio de planes. Tener una buena base de español me ayuda mucho y creo que es importante para integrarse mejor. Por eso recomiendo practicar un poco antes de salir, pero también seguir aprendiendo un poco cada día durante el voluntariado para los que se quedan mucho tiempo. ¡Pero lo más importante es querer disfrutar de la vida en el campo!

Jean-Pierre

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