«La permacultura enseña que la observación consciente del medio ambiente es esencial para el manejo consciente de la naturaleza. Esto se hace observando y reproduciendo los patrones ya presentes en la naturaleza, para crear abundancia y reutilización continua de energías como lo haría la naturaleza. De esta manera de cultivo nos permite vivir en completa armonía con el medio ambiente».
Antes de llegar a Asociación IMORA pensaba tener algunos conocimientos básicos de permacultura, sin embargo, el proyecto amplió ampliamente mis ideas previas. Una cosa que aprendí aquí que me había perdido antes es el razonamiento de esas competencias, la emoción y la energía detrás de ellas: ¿por qué quiero saber sobre permacultura, a qué ámbitos quiero servir? Antes de este proyecto no podía responder a estas preguntas. En resumen, me perdí el panorama general y el sentido profundo de elegir aprender permacultura.
Gracias a este proyecto, me di cuenta de que el panorama general y el razonamiento profundo para aprender permacultura están conectados con el deseo y la necesidad de vivir en un planeta más saludable y poder dejar un planeta adecuado para las próximas generaciones. Se trata de aprender que la naturaleza nos puede servir, pero para eso también debemos servir primero a la naturaleza.
Las prácticas que he aprendido no solo me han permitido comprender la permacultura específica y otras técnicas, sino que también me han permitido comprender el uso de la permacultura como un medio de reciprocidad entre una persona y el suelo. Nada se quita sin devolverlo a la naturaleza. En permacultura no solo quieres cultivar, también quieres revitalizar el suelo para crear aún más prosperidad. Lo mismo se aplica a todo el entorno y no me refiero solo a cuidar la naturaleza, se trata también de revitalizar emociones y energías, se trata de priorizar el bienestar propio y el de tu familia. Se trata de usar pero no desperdiciar la energía, valorando cada elemento en relación con otro y valorando la energía que hay detrás. Todo esto lo aprendí gracias a la gran familia que está detrás de este proyecto.
Finalmente, de este proyecto, traigo a casa la capacidad de responder esas preguntas que ni siquiera me hice antes. Una nueva comprensión de la necesidad de un suelo fértil para el bienestar de la sociedad y el deseo de seguir aprendiendo de la naturaleza.
Gracias a la familia La Jarilla/Asociación IMORA por enseñarme tanto.
-Fulvia-