Buenos días, mi nombre es Joerie y soy de Países Bajos. Desde finales de agosto soy voluntario con IMORA en el programa Cuerpo Europeo de Solidaridad (CES) en La Jarilla y me quedaré hasta finales de febrero. Muchas cosas interesantes han pasado en estos meses, en La Jarilla, Plasenzuela y los alrededores. Con cero experiencia de vivir en el campo y con animales fui a este pequeño pueblo en Extremadura. Cuando llegué me sentí bienvenido.
La tranquilidad del ambiente es algo que se nota enseguida.
El trabajo de voluntario en La Jarilla generalmente consiste en cuidar a los seres vivos. Con estos me refiero a los animales y las plantas y los árboles de los huertos y bosque de alimentos. Al mismo tiempo hay muchas actividades que cambian dependiendo de las necesidades en el momento del año. Los días nunca son lo mismo, siempre pasan cosas que no esperas y por eso necesitas ser flexible. También porque vivimos un poco lejos de la ciudad entonces no hay todas las comodidades a tu lado.
Mis primeras semanas tenía un calor al medio día, por eso descansamos a estas horas. Trabajamos por las mañanas y en la tarde cuando baje calor otra vez cuidamos los animales de nuevo. En el verano, meses sin lluvia, el campo normalmente está muy seco. Entonces hay poca comida para los animales y una parte importante del trabajo es
regar las plantas y los árboles. Muchas veces regamos los huertos o el bosque con el sol bajando. Esto me da un sentimiento muy satisfactorio. Poco a poco el atardecer llega más temprano y el calor del verano menos intenso. Nuestro horario también cambia para terminar antes de que llegue la noche.

Estas semanas cogimos frutas de la temporada, por ejemplo las moras y los higos chumbos. Coger estos para hacer mermelada es un trabajo de verano que te da comida para conservar. Cosas como estas te hacen pensar en la manera de producir y consumir. Por esto me siento más consciente de mi manera de vivir.

      

 

Generalmente IMORA acoge a dos grupos de voluntariado en equipo CES de corta duración al año. Este año fue un poco diferente y fueron tres. Por esto yo pude participar en dos equipos, a finales de septiembre y mediados de noviembre. Se llama Ritmo Natural y el objetivo es dar una idea de vivir con los ritmos de la naturaleza. Esto significa con menos recursos de fuera y crear un sistema autosuficiente. Con clases de teoría sobre permacultura nos enseñan cómo podemos cambiar nuestras vidas y manera de ver el mundo. Central las éticas de cuidar a las personas y el planeta y repartición justa. Así utilizamos solo lo que necesitamos y todos tienen suficiente en este sistema. Entender que en muchos casos solo consumimos y no producimos es algo muy importante para mi. Cuando queremos cambiar el sistema moderno de economía, podemos empezar a producir para nosotros mismos.
La oportunidad de participar en dos equipos en temporadas diferentes fue algo muy interesante y útil para mi. El clima cambia y por esto las actividades son distintas.
Actividades que hicimos con el primer grupo fueron hacer compost, recolectar semillas, construcción de zona de sombra, sembrar y plantar en el huerto. También preparamos queso de leche de cabra. Cuando ves como funciona esto, lo valoras mucho más.

Con el segundo grupo estábamos en la temporada de coger aceitunas. Para tener una idea del proceso de obtener aceite de aceitunas teníamos unos días de trabajo en el olivar. Cuando el grupo salió, con Colin, otro voluntario de larga duración, seguimos con la recogida. También creamos líneas claves en el campo para distribuir el agua de lluvia, en el huerto sembramos semillas de invierno, cogimos acelgas y cardo mariano para utilizar en la cocina. Comer las cosas que tú has plantado o sembrado es algo muy satisfactorio. Al lado de este sentimiento también lo valoras de una manera distinta, te hace cuidarlo mejor y no tirar nada. Todos los días teníamos un grupo de cocineros. Esto resulta en que todos los días comimos riquísimo y variado.
Las semanas con los dos grupos fueron bastante intensas. Es una experiencia de vivir en una comunidad y compartir con jóvenes de muchos países de Europa. Conocer a personas nuevas con sus culturas y costumbres diferentes (o parecidos) es algo bonito. Con el primer grupo fuimos de visita cultural a Mérida. Exploramos la ciudad con su historia romana y árabe. Es un lugar precioso con sus templos, anfiteatro, circo, acueductos, puentes y alcazaba.
Con el segundo grupo visitamos el mercadillo medieval de Cáceres. Un festival para celebrar las distintas culturas de Cáceres. En toda la ciudad tenían tiendas con comida, regalos y artesanías, árabe, judío y cristianos. Los dueños de las tiendas vestidos con ropa tradicional.

En una semana normal estamos con dos o tres voluntarios. Así la vida es mucho más tranquila. Las últimas semanas las mañanas y noches pueden ser bastante frías. Por esto encendemos la chimenea con leña de la finca. Como dice Toño: la leña te da calor tres veces: cuando lo cortas, cuando lo transportas a casa y cuando lo quemas. Por la tarde, después de cuidar a los animales, es muy agradable sentarse al la

do del fuego. Disfrutar el calor del fuego que has encendido. En las mañanas sales con frío para cuidar a los animales, pero cuando el sol viene, te da un sentimiento de primavera. Estar fuera y hacer un trabajo activo es algo que me hace feliz.

En mi tiempo libre me gusta explorar la región y hacer algo activo como ir en bici. También conectar con la gente del pueblo. Así mi nivel de español mejora y me cuentan cosas sobre Extremadura y España. La comunidad del pueblo es muy activa y organiza muchas actividades. Una de estas fue la llegada del Papa Noel para recibir cartas de los niños y dar regalos a ellos. Colin se disfrazó como Elfo y yo como Papa Noel. Fue una experiencia muy linda, conectar con todos los niños del pueblo. En Navidad y Nochevieja comí con la familia de Toño. Me gustó mucho ver como van estos días festivos aquí y la comida es riquísima.

   

 

Ahora tengo dos meses más para disfrutar de mi tiempo aquí en Plasenzuela. El tiempo está volando, por eso valoro cada día que me queda en este lugar precioso.

 

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